Tras la última modificación de la legislación en materia de tabaco, parece que la hostelería haya entrado de lleno en una crisis económica independiente de la actual debido a las nefastas consecuencias de la prohibición de consumir tabaco en bares y restaurantes, de carambola, las tertulias deportivas donde de lo que se debería hablar es de deporte, ahora también se habla de las consecuencias en el sector de la hostelería donde cada domingo los ciudadanos habidos de “Pan y circo” se ven privados del derecho a fumar cigarrillos mientras disfrutan viendo a 22 millonarios dando patadas a un pedazo de cuero con la única finalidad de meterlo más veces en la portería del contrario. Y es que ahora el debate está en cómo puede hacer el sector de la hostelería para encajar las pérdidas de esos cafés que los fumadores tomaban cuando salían de la oficina a fumarse un cigarrillo o de todos esos fumadores que domingo a domingo no podrán ver el partido de la semana mientras disfrutan del lento y letal envenenamiento que les produce el tabaco en su organismo.
Por el contrario los no fumadores o los ex fumadores o aquellos a los que el tabaco en ambientes cerrados les molesta, parece que ahora están contentos de ver cómo pueden entrar en un bar sin oler a tabaco, son muchos los que salen en la televisión y al ser preguntados por los reporteros dicen lo contentos que están con el cambio legislativo, sin tener en cuenta, que con el olor a fritanga que se llevan de algunos locales a los ahora podrán entrar con sus hijos, también encontraran otros peligros más letales a corto plazo que el tabaco, puesto que fumar puede matar, pero ser ludópata o alcohólico es otra manera de matar a una persona mucho más rápido y de una forma más letal, aunque eso al legislador no le preocupa, como tampoco le preocupa al legislador que el fumador pague de su bolsillo a todo un sistema que con una mano le da veneno y con la otra le priva del derecho a envenenarse.
Por eso yo le diría al hostelero que no se tire de los pelos y que de gracias a quien el crea oportuno que la ley no sea más restrictiva no solo con el tabaco, sino con otras cuestiones en las cuales se podría ahondar legislativamente y donde el sector quedaría herido de muerte; al fumador que piense que podrían prohibir fumar hasta en la calle y entonces el problema sería aun mas grave; al partidario de la prohibición que se pongan en la piel de un fumador y al legislador que enmiende la ley de manera que haya bares donde pueda fumar pero que tengan prohibida la entrada los menores que a fin de cuentas son los fumadores pasivos a proteger.
Antonio Garcia Leal ®
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