sábado, 12 de mayo de 2012

DINERO PÚBLICO



El dinero público que paga escuelas; carreteras o quirófanos,  ese dinero que sale de nuestros bolsillos y que sostiene el sistema socio político en el que vivimos, ese dinero que otrora fuere la peseta y que hoy se llama euro, una parte del cual sirve para  llenar  las arcas del Banco Central Europeo  está siendo utilizado por el estado en una parte, para salvar a la banca de sus ansias de codicia desmesurada, y de su inutilidad manifiesta para hacer grandes negocios; mientras esto sucede, el obrero, el ciudadano medio, el trabajador nacional o inmigrante, el parado, el joven estudiante, o el viejo, ven como la sanidad es recortada o como han de pagar más por los medicamentos;  como en su educación se invierte menos dinero y se suben las tasas de acceso;  se  nos  dice que se han de pagar más impuestos para sostener un estado del bienestar recortado;  dicho en el lenguaje del pueblo, nos cobran más por unos servicios peores,  y mientras hacen eso  nos bajan los salarios aludiendo a la crisis  y asfixiando de esa manera  a la masa, y al final  el ciudadano observa impotente como el estado del bienestar es derrumbado por los dirigentes que lo justifican diciendo que  no hay dinero para salvarlo.




Hay dinero para salvar a la banca, hay dinero, para ir de caza, hay dinero para sostener un sistema político lleno de recovecos y gastos inútiles y dinero para grandes cumbres que durante años no han servido más,  que para hundirnos en la miseria a los ciudadanos; unas cumbres llenas de hombres y mujeres de rango y prestigio, hoy desprestigiados, los que llevaron las riendas del sistema a su decadencia, los que ayer fueron incapaces de ver el colapso presente, hoy nos dicen que tienen la solución, y que esa solución es simplemente que nos hemos de apretar el cinturón hasta la asfixia,  para que unos cuantos puedan seguir teniendo cuentas millonarias y vidas de ensueño; para que el caviar y el champan pueda seguir fluyendo entre los hombres y mujeres de rango y de poder , se nos pide que involucionemos voluntariamente renunciando al legado de nuestros padres y abuelos, renunciando  por lo que tantos durante tanto tiempo lucharon y por lo que unos cuantos llegaron a dar su vida, se nos pide que entreguemos  el progreso como sociedad en beneficio de nada, puesto que nada nos ofrecen a cambio, ya que no hay un techo o freno al recorte, no existe una hoja de ruta ni existe un plan preconcebido que nos hayan mostrado,  para  que el ciudadano sepa de primera mano cuando llegara el final del túnel y comenzaremos a ver la luz nos piden confianza y haciendo exactamente lo contrario a lo que dijeron que iban hacer.







Por eso,  echando la vista atrás y mirando el legado que mis padres me dejaron veo una sociedad que lucho activa y democráticamente contra un sistema que le robo sus derechos, veo una sociedad de hombres y mujeres que se sacrificaron por cambiar las cosas, y que consiguieron construir una sociedad progresista y de progreso que hoy está a medio construir, debemos coger su  testigo y seguir trabajando con el cincel hasta pulir ese diamante en bruto que tenemos y que se llama democracia, lo hemos de hacer por los que lo hicieron antes, por los que dieron su vida por hacerlo, y  sobre todo, por  dejar un legado solido para nuestro hijos porque de ellos es el futuro y nuestro es el presente para construir de forma democrática un futuro mejor de todos por todos y para todos.


“Lo monstruoso, es decirle a tu
hijo el día de mañana que no
hiciste nada por cambiar las cosas y
que dejaste que otros destruyeran
lo construido”



Antonio Garcia Leal ®

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