La España
que heredo Carlos I en 1516 fue una España rica prospera y con posibilidades,
aquellos los españoles que el monarca encontró
en España eran hombres sencillos pero sensatos, que no estaban dispuesto a
aceptar las imposiciones de un extranjero por muy legitimado que estuviese este,
para cambiar los equilibrios del reino, aquella España
fue la España del fajín purpura que se levanto contra el rey; que ajado al sol se convirtió en morado y que tiño
la enseña republicana en 1931; fue la España de hombres ilustres que condujeron
al país por momentos épicos de hombres y mujeres que le plantaron cara al
poder; esa España esa nación de naciones
construida de la unión de varios reinos unificados hoy bajo el yugo de la
corona vertebrada a través de la constitución de 1978, es un país compuesto y complejo
de dirigir por su multiplicidad de nacionalidades históricas, leguas y dialectos que enriquecen nuestra cultura con
sus sonidos y costumbres característicos de cada uno de sus rincones que hace
de esta tierra un país plural y diferente.
Por eso hoy
reflexionando sobre el abismo al que esa
expuesto el país, ante la falta de políticas que nos saquen del atolladero me
pregunto, ¿cómo reaccionaran sus ciudadanos,
si España es intervenida por la UE?, ¿aceptaran los nacionalistas de todo signo que campan por España, las imposiciones de un extranjero venido de Flandes?
Es difícil pensar que sucederá en un país tan dividido, donde el gobierno
central alimenta con sus políticas el independentismo, un país que carece de
una clara hoja de ruta para salir de la crisis, pero que si tiene un claro
responsable que en palabras del ministro
de hacienda son las comunidades autónomas; por eso en mi opinión,
el día que España sea intervenida el país que nació de la unión de los reyes católicos
comenzara a resquebrajarse porque no todos estarán dispuesto a pagar la factura
de una España que ha menospreciado a los nacionalismos imponiendo el suyo
propio a sangre y fuego con demasiada frecuencia una España que se ha
construido desde el centro en una idea retrograda e ineficaz que en buena
medida nos ha conducido a este desastre.
Antonio Garcia Leal ®
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